Bellourens

Ser joven y llevar las riendas de una empresa en los tiempos que corren no parece nada fácil. Sin embargo, cuando te encuentras con Javier Rodríguez, con teléfono móvil en la oreja y con una sonrisa de ojos risueños, parece que las cosas no son tan negras como las pintan.

Bellourens es una empresa ourensana de distribución de productos de peluquería y estética a la vez que proporciona actividades formativas para que sus clientes obtengan el mayor rendimiento a sus productos. Javier comenzó muy joven. Siguiendo la estela familiar, siempre ligada al mundo de la estética y la peluquería, recibió formación especializada en el área del masaje para después ahondar en los ámbitos tradicionalmente familiares. Su primer empleo importante fue como formador para un laboratorio capilar, lo que le permitió adquirir la experiencia que ahora aplica en su propia idea de trabajo: Bellourens.

¿Qué diferencia tu empresa de otras?

La atención al cliente especializada y personalizada. El éxito es escucharte para saber qué puedo ofrecerte que el resto no puede según tus necesidades. Pero básicamente trabajar y escuchar: un error comercial muy común es hablar mucho.

Bellourens es una empresa de vínculos fuertes con Ourense.

Así es. Sin embargo hay un gran desconocimiento del tejido industrial o de servicios de Ourense. La relación entre empresas es muy importante para un buen crecimiento ya que la marca Ourense es muy positiva y merece la pena creer en nuestra ciudad.

¿Esta ciudad apoya la creación de nuevas empresas?

No. Incluso la mentalidad de la gente es muy conservadora en el sentido de que el contexto está muy preestablecido. Es importante poder innovar y ofrecer algo diferente.

En tiempos de crisis, ¿qué deberíamos cambiar?

Se debe cambiar la actitud: es muy importante ser optimista hoy y tener ilusión por lo que se hace. Y transmitirlo, claro. Los ourensanos, fuera de aquí, tenemos fama de emprendedores pero no emprendemos nada en nuestra ciudad, que se ha acomodado y ofrece poco futuro.

Tres cosas necesarias para un joven emprendedor.

Tener claro lo que quiere, cómo puede hacerlo y aprovechar los beneficios que también existen: el coste de la vida en Ourense es pequeño, la calidad de vida es buena... Y hoy existen otros mecanismos como Internet que es una buena vía para llegar a sitios que antes era más costoso llegar. Aunque creo que es necesario que aquí se mejoren las infraestructuras. De repente, el sonido del teléfono hace aparición. Javier contesta y se observa cómo trata a sus clientes: profesional pero amigable. Se oyen varias risas, despedidas afectuosas y recuerdos para la familia. Es de este tipo de personas que te hace cómplice de todo lo que hace, tanto de su trabajo como de su vida personal.

¿Cómo te sientes al llegar cada día a casa?

Cansado. Pero eso es bueno. Lo más importante es levantarse con las mismas ganas cada mañana. Si algún día pierdo la ilusión por el trabajo no seré el mismo y eso es peligroso.

¿Qué te define que haya dejado huella en la personalidad de Bellourens?

Yo soy muy emotivo. Me gusta ser emocional y cercano con mis clientes, y sigo teniendo mucha ilusión por lo que hago.

¿Cómo se encuentra vuestro sector en la actualidad?

El sector está muy masificado y quizá eso haga que la calidad del servicio al usuario final baje. Pero no sólo aquí, en todas partes. La especialización es fundamental y, con todo el respeto y sin presunción, no todos los clientes nos interesan.

Y los planes inmediatos de Bellourens son...

Seguir creciendo, consolidándose y hacer algo propio. Desarrollar un sistema de trabajo propio asociado con un producto de calidad propio. También trabajamos mucho en la web y las redes sociales como un escaparate al mundo y un soporte para el cliente existente. Bellourens es el único mayorista del sector que cuenta con asesoría en este ámbito para analizar las necesidades de los clientes. Aunque no queremos ser invasivos, no queremos robarles clientes a los clientes que les vendemos.

Hay clientes tuyos que te llaman para consultar sobre los problemas de sus clientes. ¿Cómo haces para resolver un problema de una persona que no has visto nunca?

Lo básico no es tan difícil. La mayoría de los profesionales tienen problemas parecidos entre sus clientes. Quizá lo más importante es ponerte en la situación del profesional en ese momento y tratar de ver el caso ayudado por las indicaciones de mi cliente. Tienes un esquema de trabajo básico que, por eliminación, te hace resolver ese problema. También ayuda el hecho de haber visto en mi vida alrededor de quince mil cabezas.

¿Cuál es el equilibrio entre el producto y la atención personal para obtener un buen resultado?

Es muy difícil de calibrar. Yo soy un romántico que cree mucho en las personas, la clave del éxito es el profesional. Puedes tener un buen producto pero si no es el adecuado no obtendrás un buen resultado. El producto debe ser de calidad, que no cree problemas, pero hay que saber usarlos. Frente a la multinacional, que vende deseos estudiados por los departamentos de marketing, tiene que haber una realidad, un oficio: solo cajas bonitas no solucionan problemas. Yo sigo creyendo en la gente y quiero pensar que la peluquería del futuro debe ser un gremio actualizado y profesionalizado.

¿Sólo subsistirán los salones que ofrezcan un servicio especializado?

Sinceramente sí. Estamos en un proceso de cambio en el que alrededor de un 40 por ciento del servicio existente tendrá que cerrar. Todo pasa en el futuro por la especialización del servicio: si eres bueno en color, especialízate en color.

¿Y cómo respondería el cliente?

La gente suele ir a los salones por empatía personal o costumbre pero si no haces bien un servicio la gente dejará de acudir a ti. Acuden porque haces las cosas bien. Ésa es la clave: la satisfacción creada por los servicios. También hay que estar en el momento adecuado y en el momento adecuado, pero no creo en la casualidad.

Herminia Rodríguez, Hermi para sus clientas, es una de las esteticistas con más experiencia de Ourense. Empezó cuando no había en la ciudad más de una veintena de profesionales. En marzo de 2012 ha celebrado sus bodas de plata en el sector.

¿Los comienzos fueron duros, como dice el tópico?

Empecé con una socia, casi sin interés. Se rompió la sociedad al cabo de unos pocos meses y monté mi propio local. Ahí sí que empecé de la nada. Lo primero que hice fue ir a una distribuidora y pedir el material más barato que tuvieran. Abrí el 1 de agosto, cuando todos los demás comercios cerraban, pensando que a finales de mes no conseguiría pagar el alquiler y tendría que cerrar. Todavía conservo el primer aparato de cera que utilizaba entonces. Ese local, el primero, estaba en Galerías Proyflem. Cambié varias veces hasta hoy.

¿Cómo ha cambiado la estética?

Antes hacía muchas ceras, ahora muy pocas. Las limpiezas de cutis han derivado en tratamientos faciales. Ahora la gente se cuida de otra forma. La estética avanzó mucho pero para mí sigue estando en el mismo lugar: sigue siendo la cosa más bonita que hay. Siempre una estética clínica y reparadora. La estética de fantasía (por decirlo de alguna manera), cuando no hay presupuesto se deja de lado. Pero la estética reparadora es necesaria y a pesar del tiempo de crisis yo sigo manteniendo el mismo equilibrio de tratamientos.

Explícanos tu concepto de estética clínica.

No es decorar solamente, sino reparar. En contra de la estética tradicional, hay que ir desde dentro hacia fuera. “Salud y belleza” es mi eslogan, que ahora copia todo el mundo. Tratamos cuperosis, acné profundo, sequedad grave… También problemas de rehabilitación, articulares, artrosis. Estos los trato con masajes y sales minerales y barro del Mar Muerto, que consiguen tonificar los ligamentos y actuar como antiinflamatorios localizados. Yo he estado siempre vinculada a un equipo médico que me respalda. Colaboramos con un cirujano plástico que hace rellenos, varices (las tratables en estética)… La estética ligada a la medicina mejora la calidad de vida de la persona y embellece a largo plazo. Yo desde que he descubierto el mundo de la clínica me gusta mucho más que el otro.

¿Cómo has integrado la peluquería y la estética?

Incorporé la peluquería porque el tratamiento estrella de mi centro era el baño de barro, que incluye todo el cuerpo, incluida la cabeza. No podía mandar a la persona a casa después de una ducha. Así nació el servicio de peluquería. Además, yo siempre he hecho tratamientos capilares: problemas de grasa, caspa, que requieren un poco de privacidad para el cliente, privacidad que en una peluquería no tiene. Así consigo dar un servicio integral.

¿Lo mejor de estos 25 años?

Tengo muchas clientas que llevan conmigo desde que empecé. Estoy muy orgullosa de mis clientas y agradecida. Tengo algunas que me siguen desde muy lejos y siguen viniendo periódicamente. Yo intento que se sientan como en su casa, y yo creo que se sienten bien conmigo. Lo intento con cualquiera de los clientes que entran por la puerta, que se sienta a gusto. Ya tengo incluso clientes hijos de antiguos clientes. A sus 56 años, Hermi sigue manteniendo una tremenda ilusión por un trabajo que le apasiona: “No estoy cansada. Seguiré mientras pueda y mis clientes me quieran. Para mí el trabajo es una alegría”.

En Gou Magazine hemos sido testigos del lanzamiento mundial de un producto innovador: Triplex. Un ourensano ha investigado hasta dar con la fórmula adecuada, lo ha testado, ha diseñado el marketing y un sistema de trabajo adecuado y ha decidido cada uno de los pasos que han llevado a colocar Triplex en el mercado. De esta manera, muy probablemente estemos ante el primer cosmético desarrollado íntegramente en la ciudad.

Triplex es la respuesta a una necesidad actual, el fruto de la observación de Javier Rodríguez, un profesional de la estética con dieciséis años de experiencia en el sector. El cliente demanda un producto de calidad, natural, a un precio asequible y que le dé soluciones, cuantas más mejor. Triplex ataca a la vez tres anomalías: las estrías, la celulitis y la flaccidez. Concentra tres principios activos, los más eficaces para cada uno de estos problemas. El producto se convierte así en un básico de la cosmética, apto para toda la familia, para hombre o mujer. Mejora la circulación periférica, proporciona elasticidad a la piel y elimina grasa sobrante.

Triplex llega al consumidor en envases de 250 mililitros por un precio de 35 € la unidad. Si quieres probarlo, debes dirigirte a la web de Bellourens:

Desde ahí te derivarán al punto de venta más cercano y en su defecto, te enviarán Triplex a tu propia casa sin coste adicional. Bellourens ya tiene puntos de venta también fuera de Galicia, por lo que Triplex llevará el nombre de Ourense fuera de la comunidad y quizás fuera de España. Por supuesto, Triplex es respetuoso con el medio ambiente y solo contiene ingredientes naturales, sin ningún tipo de parabenos. Entre otros principios activos, destacan la centella asiática, extractos vegetales como alcachofa, soja, ácido cítrico, etc.

Triplex se utiliza igual que una crema hidratante. Es de suave absorción y está indicado para cualquier persona: el hombre que desea un vientre plano, la joven con estrías o descolgamientos, grasas localizadas, etc.

Bellourens, tras el lanzamiento de Triplex, seguirá diseñando nuevos productos hasta tener su línea de cosmética propia. Para Javier Rodríguez es una prioridad conseguir aprovechar las excelentes materias primas gallegas e incorporarlas: emoliente de castaña, ácido de uva, aceites gallegos, algas, etc. Tras Triplex vendrán Dermatop, un champú global y otros básicos que cambiarán nuestra idea de cosmética y ayudarán a reconocer a la ciudad de Ourense como un referente dentro del mundo del bienestar.